Ha sido un año de evolución. Hemos acercado la Federación a la gente, hemos empezado con los partidos de Segunda División B, hemos dado fuerza a la escuela de tecnificación y hemos cambiado el tema arbitral. Queremos regularizar también algunas prácticas que hasta ahora no son muy transparentes. A mucha gente los cambios le dan intranquilidad y miedo, pero al final son buenos.
Hemos creado un monstruo alrededor del fútbol con todos los derechos y ningunas obligaciones. Hay muchas empresas alrededor de este mundo que generan mucho dinero y que declaran poquito. Ahora mismo es fundamental ser claros y transparentes. Por eso, mi idea y la de esta Federación es legalizarlo todo. Queremos formar a los dirigentes de las entidades para que entiendan que están manejando un dinero y ese dinero es público, por eso las cuentas tienen que estar claras y Hacienda tiene que intervenir. Tengo asumido que nos encontraremos con problemas.
Vamos a exigir que haya más formación en el mundo del fútbol, pues yo creo que falta bastante. El 50% de los entrenadores ahora mismo está sin titulación. Yo siempre planteo lo mismo, ¿tú llevarías a tu hijo a un colegio donde el profesor no es profesor? Pero aquí todo vale. Por eso, vamos a exigir que cada equipo tenga una persona titulada y cualificada. Y en dos años todos tendrán que tener entrenador titulado.
Seguro que no. En el momento que impones que haya esa formación, todo son protestas, porque a esos clubes o entidades les cuesta dinero. Pero tienen que ver que ellos están cobrando un dinero de los niños y se supone que se les tiene que dar la atención de una persona formada y cualificada. Volvemos a lo de antes, si te ahorras ese dinero y además el ayuntamiento no te cobra ni la luz, ni el agua ni el campo… eso que te llevas.
Confío en que sí. Yo cuando veo a algunos que hablan a gritos, blasfeman, insultan… es todo lo contrario a lo que yo creo que es el fútbol. La entidad debe dar una filosofía de formación a su entrenador para que este pueda formar a su vez a esos niños. No podemos tener energúmenos dirigiendo niños. Hay que intentar que los jugadores sean solidarios, que haya compañerismo y respeto.